La salud mental es uno de los temas en la agenda del día, y las razones no son pocas. Si la rutina de la vida actual ya tenía efectos en el bienestar psicológico de muchas personas, la pandemia vino a resaltar aún más la importancia de cuidar nuestra salud mental. Incluso para el bien de nuestro descanso.
¿Dormimos mal por nuestra falta de salud mental, o tenemos menos salud mental porque dormimos mal? Aún es necesario investigar mejor la relación entre la salud mental y el sueño, pero la evidencia apunta a que la relación es bidireccional. Quienes sufren de enfermedades mentales pueden tener más dificultad para dormir, y por otro lado, quienes duermen mal o sufren, por ejemplo, de insomnio, con el tiempo pueden ver deteriorarse su salud mental.
Ya dice el dicho que quien está de mal humor "se levantó con el pie izquierdo", y la verdad es que el sueño está ligado a la salud mental y emocional, pudiendo originar enfermedades como la depresión, ansiedad, trastorno bipolar u otras.
La relación entre el sueño y la salud mental
Durante el sueño y conforme sus fases, nuestra actividad cerebral va fluctuando. Durante el sueño NREM (Non-Rapid Eye Movement), la actividad del cerebro disminuye, aunque interrumpida por breves ráfagas de energía. En el sueño REM, la actividad cerebral aumenta, y por eso esta fase está asociada con los sueños.
Cada fase representa un papel en la salud del cerebro, permitiendo la activación de zonas relacionadas con el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Si nuestro sueño es de calidad, en particular durante el sueño REM, el cerebro procesa mejor la información de carácter emocional. Mientras dormimos, el cerebro analiza y evalúa pensamientos y recuerdos, y la falta de descanso tiene efectos nocivos en la consolidación del contenido emocional positivo. El sueño insuficiente afectará, por tanto, el estado de ánimo y la reactividad emocional pudiendo, según la gravedad de los casos, desencadenar pensamientos o comportamientos autodestructivos y/o suicidas.
Hasta una de las enfermedades del sueño más comunes, la Apnea, tiene una conexión con la salud mental. Como esta implica pausas en la respiración durante el sueño, hay una consecuente reducción en los niveles de oxígeno del cerebro, lo que conduce a un sueño irregular y con interrupciones. Un estudiar refiere, incluso, que la apnea del sueño tiene mayor prevalencia en personas con enfermedades del ámbito psiquiátrico.
Así, y aunque se necesite más investigación, los estudios realizados hasta ahora han demostrado que existe una relación compleja, multifacética e influenciada por diversos factores entre el sueño y la salud mental.
Mejore su descanso y su salud mental se lo agradecerá
La buena noticia es que el hecho de que esta sea una relación tan cercana hace que el tratamiento de ambas condiciones vaya de la mano: al tratar una, es probable que la otra también se beneficie.
Cada individuo es único y, por eso, el tratamiento de la enfermedad mental o trastorno del sueño debe ser personalizado y realizado junto a un profesional de salud calificado. Los tratamientos pueden ser muy variados, pero existen algunos enfoques comprobados que aportan mejoras a los pacientes.
Terapia Cognitivo Conductual
A terapia cognitivo-conductual Es uno de los tipos de terapia más comunes en los consultorios de psicología. El paciente se sienta y habla libremente sobre su condición, correspondiendo al terapeuta analizar patrones de pensamiento recurrentes y reformular los pensamientos negativos.
Este tipo de terapia puede adaptarse a situaciones de depresión, ansiedad, trastorno bipolar e insomnio. Un ensayo clínico a gran escala indica que la terapia cognitivo-conductual, en particular cuando se dirige a casos de insomnio, puede reducir los síntomas de varias otras enfermedades mentales y aumentar el bienestar emocional.
Todavía se necesitan más estudios para entender si este tipo de terapia puede ser efectiva en el tratamiento conjunto de enfermedades del sueño y enfermedades mentales, pero muchos pacientes han sentido sus beneficios, gracias al cambio en los patrones de pensamiento, que se reflejó en un mejor descanso y bienestar mental y emocional.
Mejorar hábitos de sueño
Una buena higiene del sueño es esencial para dormir bien. Aspectos como un ambiente de la habitación apropiado pueden parecer inofensivos pero hacen toda la diferencia para un buen descanso. Le dejamos algunos ejemplos sobre cómo puede mejorar su noche de sueño:
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Acuéstese y despiértese siempre aproximadamente a la misma hora
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Crea una rutina de sueño y apuesta por técnicas de relajación para prepararte para dormir
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Evite bebidas alcohólicas, tabaco y cafeína durante la noche
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Baje las luces y no use el teléfono móvil ni otros dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir
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Practique ejercicio físico regularmente, preferiblemente al aire libre, para aprovechar los beneficios de la exposición solar
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Elimine el exceso de luminosidad o ruidos que puedan perturbar la calidad de su sueño
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